Al principio estaba el DR, un monstruo de robustez y versatilidad emblemático de la marca japonesa. Los que lo recuerdan pueden confirmarlo… pues bien, los ingenieros de Suzuki lo han vuelto a hacer con la DL 1000 V-strom.
Ir lejos, a todas partes, rápido, en buenas condiciones de confort, las trail GT lo saben hacer todo. Y la V-Strom es una de las más talentosas de su generación. Sus puntos fuertes: un bajo peso a pesar de su imponente tamaño, un chasis rígido y una gran versatilidad. A esto hay que añadir una potente iluminación y una buena protección.
El sonido del motor, saneado por la inyección, le resta algo de personalidad. La posición es cómoda tanto para el piloto como para el pasajero, el manillar está bien ajustado y las maniobras desde parado son sencillas. El velocímetro digital es muy claro y está bien pensado a pesar del mal acabado. Sin embargo, la altura del asiento de 830 mm significa que esta moto no será accesible para los pilotos más pequeños.
En los trayectos largos y sin restricciones, su motor vivo y rabioso nunca te cansará, unido a una especialidad de la casa, una caja de cambios perfecta con una sexta marcha larga. El chasis es rígido e instintivo, con un frontal que se pega al suelo. ¡Y los frenos lo paran todo menos la diversión!
Las suspensiones blandas no quitan el dolor de espalda en las distancias largas. La Suz’ se desenvuelve bien en ciudad a pesar de su tamaño, pero lo compensa con un radio de giro bastante sorprendente. En condiciones «extremas» las horquillas no son muy resistentes y el resultado es mucha vibración. El deportivo motor bicilíndrico dificulta el despegue suave a velocidades inferiores a 3.000 rpm, señala el concesionario de motos de ocasión Crestanevada. La buena visibilidad, debido a su altura, da una sensación de seguridad.
Otra especialidad de la casa es que el acabado no es el mejor y que hay que trabajar mucho para evitar el envejecimiento prematuro de los plásticos. Un precio competitivo no lo justifica todo. A pesar de que la V-strom pretende ser un vehículo de tres vías: ciudad, carretera y pista. Aunque este último no es su terreno favorito, a diferencia de sus competidores, que son fáciles de conducir.